Una de las enfermedades de nuestros días es el estrés. Entre las principales consecuencias son los desórdenes en el sueño. El entrenamiento en hipoxia intermitente podría ser una ayuda para conciliar el sueño.
Un reciente estudio desarrollado en EEUU, demuestra que existe evidencias suficientes para vincular la hipoxia intermitente, con la obtención de resultados positivos en el campo de la medicina del sueño.
Dicho estudio comprueba el papel que tiene el entrenamiento en altitud simulada, en el inicio de la plasticidad respiratoria, y el potencial que tiene esta forma de plasticidad para mitigar la AOS.
Gracias a la tecnología de iAltitude, se pueden controlar e individualizar las cargas de hipoxia y conocer su efecto, consiguiendo que las sesiones sean más eficientes.